Phillip Schuring no tenía idea de qué estaba ocurriendo cuando se reunió con algunos líderes tribales a altas horas de esa noche.
Los líderes confrontaron y cuestionaron a Phillip acerca del verdadero propósito de los misioneros que viven con ellos.
“¿Por qué han estado engañándonos y no han comenzado a enseñar la Palabra de Dios?” preguntaron los líderes.
Durante una apasionada conversación que se prolongó hasta las 2 a.m., Phillip, enfermo, agotado y sobrepasado en número, no podía comunicarse plenamente en el idioma de la gente. Pero hizo lo mejor que pudo para explicar las razones de la aparente lentitud.
“Yo les expliqué a ellos que cuando yo llegué, no sabía qué entendían de la Palabra de Dios y que, en efecto, ni siquiera sabía si eran cristianos”, informó Phillip, “y que, por lo tanto, estaba tomando el tiempo para averiguar estas cosas”.
No pudiendo creerlo, los líderes respondieron: “Pero ¿por qué? Nosotros tenemos dos iglesias, tenemos líderes de la iglesia, y nos reunimos los miércoles, los viernes y los domingos”.
Mientras ellos hablaban, Phillip se hacía la misma pregunta: “¿Por qué? Realmente, ¿por qué no habíamos empezado a enseñar? Yo tenía que darles una respuesta, pero mi mente estaba muy aturdida con todo lo que estaba sucediendo, estando enfermo, y tratando de traducir todo en mi cabeza. Así que en ese mismo instante y allí, oré calmadamente en silencio y decidí ser totalmente transparente y honesto con ellos”.
Phillip compartió los temores del equipo misionero de ir a enseñar la Palabra de Dios equivocadamente. Él dijo que ellos querían echar un fundamento firme sobre el cual pudieran edificar, usando un método probado y comprobado.
“Yo entiendo que ustedes quieran hacer bien las cosas”, dijo uno de los hombres, “pero ¿qué de mi hijo? Me da temor que él se pase de una edad enseñable y yo quiero que él crezca sabiendo de Dios. Yo necesito que ustedes nos enseñen, al menos un poco para que luego yo pueda enseñarle a mi hijo”.
Y ante eso la estrategia del equipo cambió.
La gente no ha recibido enseñanza bíblica en su propio idioma y la Biblia no está traducida en su idioma. A través del contacto con cristianos de otros grupos étnicos, ellos han adoptado sus prácticas, pero sin entendimiento bíblico. Ellos han designado líderes de la iglesia, y tienen reuniones de iglesia permanentes y leen la Palabra de Dios en otros idiomas pero sin entenderla completamente; ellos entienden que es bueno hacer estas cosas.
Para ayudar a la gente a comprender a fondo los principios de Dios, el equipo misionero necesita progresar más en la cultura y el idioma.
“Hemos hablado durante un buen tiempo de su capacidad en el idioma nacional, su creciente sed de la Palabra de Dios, y su creciente capacidad para manejar la Palabra en los idiomas de las tribus vecinas”, informó Phillip. “Hemos llegado a la conclusión de que debemos comenzar a enseñar. Todavía no sabemos exactamente cuándo comenzaremos, ni cómo o dónde, pero entendemos que debemos y estamos comprometidos a hacerlo en este año”.
Por favor, oren para que el equipo misionero tenga sabiduría a medida que continúan sus preparativos para enseñar las lecciones bíblicas de Fundamentos Firmes, a fin de ver plantada una iglesia madura.