Los misioneros oyen esto todo el tiempo. Sin embargo, en otro tiempo, ellos eran tan solamente gente común con trabajos comunes, como cualquier otra persona. Brooks Buser era gerente de finanzas en San Diego, California. Terry Reed era constructor en Charleston, Carolina del Sur. Darcy Berglund reprobó la clase de mecanografía en la escuela secundaria. y Marg Jank admite: “No soy conocida por ser una persona estudiosa”.
Pero ahora todos ellos tienen algo en común. Han traducido el Nuevo Testamento a una lengua tribal.
Entonces, ¿cómo pudo ocurrir un cambio tan drástico en sus vidas? ¿Y por qué?
La historia de Brooks Buser responde a estas preguntas.
Él estaba siguiendo el sueño americano
Brooks iba a llegar lejos —literalmente. Después de abrirse camino como gerente de finanzas de una empresa en San Diego, los negocios lo llevaron de viaje a través de Europa. Al regresar a su país, él y su esposa Nina se mudaron a un apartamento pequeño y encantador, compraron un carro encantador, y estaban disfrutando a fondo la vida en la soleada California.
Después, un viaje inocente para volver a visitar a la familia de Brooks cambió todo.
Brooks creció en una aldea de Papúa Nueva Guinea. Al volver a caminar por aquellos senderos y al ver la gente tribal, los corazones de él y de Nina se conmovieron por otros que aún necesitaban el mensaje del Evangelio.
Brooks regresó a California y atesoró sus observaciones de tres meses. Él y su esposa habían descubierto algo mucho más grande que el sueño americano —la pesadilla yembiyembi.
Ellos estaban atrapados en una pesadilla animista
¿Qué tal que uno creyera que todas las cosas del mundo están tratando de hacerle daño —objetos animados e inanimados? ¿Qué tal que uno creyera que el espíritu de cada roca, árbol, batata, sueño, animal y persona sólo estuviera esperando para hacerle daño —a menos que uno pudiera “darles de su propia medicina”?
Esta es la pesadilla aterradora y vengativa de la que la gente tribal nunca despierta.
Esto lleva al animista a realizar continuos rituales, sacrificios y conjuros mágicos con la esperanza de proteger su vida, su salud, el huerto y el futuro. Cree que si alguna vez se detiene, estos espíritus rápidamente agobiarán su existencia y la apagarán para siempre. Cada enfermedad, muerte, herida o mala cosecha le demuestran que eso es cierto.
Pero, ¿qué dio comienzo a esta pesadilla viviente? ¿Y qué hace que continúe?
Creían lo que sus antepasados les dijeron
Historias. Las historias transmitidas de generación en generación le dieron vida al animismo y lo mantienen vivo. Historias narradas alrededor de la fogata, en viajes de cacería, durante la celebración de ceremonias. Historias contadas mientras se trabaja en los huertos. Y cada narración inspira nueva “vida” y “verdad” al ciclo pavoroso que engendra desconfianza, temor, venganza y muerte.
Los animistas simplemente creen estas historias porque confían en sus antepasados y no tienen razón para no creerlas. La verdad se admite por causa de la fuente —y por no tener nada más con qué compararla.
Luego un día, alguien como Brooks Buser se acerca inesperadamente a su pesadilla —y desafía todo lo que ellos habían conocido.
La historia que debía ser traducida
Brooks y sus compañeros de equipo le ofrecieron al pueblo yembiyembi una nueva historia —una historia tan poderosa y tan importante que no había sido dejada al azar de la oralidad. En su lugar, había sido cuidadosamente escrita, por lo que se mantendría fiel e inaterada para siempre. Ahora él se ofrecía a escribir esta misma historia en la lengua de ellos. Esa decisión resultaría crucial.
Cuando Brooks dejó su trabajo prominente como gerente de finanzas en California, a sabiendas dejó atrás todas sus beneficios y prebendas. Lo que él no podía imaginar eran los beneficios de largo alcance que estaban ligados al hecho de convertirse en un traductor bíblico guiado por las metas y valores de NTM. Esto afectaría su vida y a la gente yembiyembi para siempre.
Meta: una traducción que comunique el corazón de Dios
Isaías 55:11 dice: “así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero…”.
Solamente la Palabra de Dios tiene el poder de cumplir los propósitos de Dios. Las palabras de una persona bien intencionada no transmiten ninguna promesa. Una traducción de la Biblia debe comunicar con claridad y precisión lo que Dios se propuso —lo que tenía en Su corazón para decirnos —o no será en verdad diferente de cualquier otro libro.
El traductor Terry Reed lo define bien: “Cuando un traductor dice: ‘Así dice el Señor’, enfrenta la enorme responsabilidad de asegurarse de que lo que él ha expresado en el idioma tribal es una reflexión exacta de lo que el Señor dijo en verdad”.
Traducir fielmente el corazón de Dios toma mucho tiempo. No es fácil explicar “gracia” o “perdón” en una lengua que no tiene una palabra o aun el concepto para eso. Y se hace necesario que el traductor estudie a fondo la Biblia para estar seguro de que entiende lo que Dios dijo en primer lugar. Pero los traductores como Marg Jank no se quejan.
“¿Que qué es lo mejor de traducir la Biblia?” preguntó ella. “Estar en la Palabra todo el tiempo, tener que investigar a fondo, y ser capaz de justificar que nada más vale la pena”.
Y el beneficio de tal preocupación es la Palabra de Dios viviente.
Meta: una traducción que pueda ser entendida
Traducir meramente palabras no es suficiente. Las palabras deben cruzar las fronteras no solamente del idioma, sino de expresiones idiomáticas, la manera de hablar y la cultura. Al final, la gente debe ser capaz de reconocer y entender la lengua escrita como propia, o todo el trabajo de traducción será en vano.
Una vez, un grupo de turistas anglohablantes descubrió esto por sí mismo mientras hacían un viaje por río en Europa del Este.
Estas eran las instrucciones publicadas en inglés para encontrar y ponerse un chaleco salvavidas:
“Helpsaving apparata in emergings behold many whittles! Associate the stringing apparata about the bosomes and meet behind.”
Aunque era una traducción, no podía ser entendida por anglohablantes. Y esto hacía que toda la información para salvar vidas se volviera totalmente inútil.
La Biblia le ofrece a la gente la verdad más importante que alguna vez escucharán. Pero si se llega al encuentro de ella con confusión, los traductores habrán errado el blanco.
“Si no tenemos cuidado y si no utilizamos plenamente el idioma al que estamos traduciendo, las complejidades no serán aprovechadas para comunicar… y entonces la traducción sonará rígida, acartonada, falsa, y no producirá interés”, dijo el traductor Brooks Buser.
La meta era producir una traducción de la Biblia que “hablara” el idioma yembiyembi tan bien que llegara directo al corazón. Y de acuerdo con Darcy Berglund, es un beneficio que los traductores no querrán perder.
“No hay nada más gratificante que percibir el asombro en la voz de alguien cuando dice: ‘¡Dios habla mi idioma!’ Vale la pena dar la vida por ello”, comentó ella.
Christoph Haerter está trabajando en una traducción bíblica en Senegal, una de las 100 traducciones que actualmente están adelantando los traductores de NTM.
Meta: una traducción que transforme vidas
Cuando se comunica eficazmente el corazón de Dios en una manera que pueda ser entendido, una de las mayores bendiciones de todo es presenciar el cambio.
“Una de las experiencias más encantadoras de mi vida fue ver a los nuevos lectores oyendo las Escrituras, observar cómo reaccionaban con emoción verdadera ante la enseñanza de la historia, y más tarde, ser cambiados para siempre por lo que las Escrituras les decían”, informó Brooks.
Un misionero nunca olvidará el día que un hombre tribal se acercó y declaró: “Hoy fui solo a la selva”.
Esa simple observación representaba un cambio enorme en la cosmovisión.
Desde la infancia, a los aldeanos se les enseñaba que era peligroso, aun para los hombres mayores, entrar solos a la selva. Los espíritus permanecían allí y podrían matar. Y ese temor los mantenía en esclavitud. Pero este creyente nuevo había desafiado a los espíritus. Se había internado solo en la selva —y había regresado sano y salvo. Se había atrevido a creer que Dios es más fuerte que los espíritus. Se había atrevido a confiar en Dios.
El objetivo era producir una traducción que transformara poderosamente el corazón y la vida de los yembiyembis.
Pero eso requería algo más que entregarles una Biblia.
Meta: una traducción que atesoren y apliquen los discípulos
Mateo 28:19-20 dice: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones… enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…”.
Un cambio perdurable implica no solamente una Biblia, sino preparar a las personas para que la valoren, la estudien y la usen. En otras palabras, hacer discípulos. Una de las grandes ventajas de traducir la Biblia con NTM es poder confiar años de dura labor a discípulos fieles que creen que ella es la verdad y actúan en consecuencia. Es como inhalar y exhalar, una combinación que asegura el crecimiento y la madurez de la iglesia mucho tiempo después de que los misioneros se hayan marchado.
Cuando los Buser se ausentaron durante nueve meses, la iglesia yembiyembi tuvo la oportunidad de demostrar cómo se va a desempeñar cuando quede sola con la Palabra de Dios en su idioma.
¿Se volvería a la vieja pesadilla o permanecería en la verdad?
Cuando las creencias animistas comenzaron a resurgir en la aldea y los creyentes eran tentados a decaer, la pequeña iglesia tribal se levantó y se pronunció. Uno de los maestros yembiyembis acuñó la expresión: “Soy del linaje de Berea”.
Otros adoptaron el dicho y permanece hasta hoy.
En el libro de Hechos, la gente de Berea examinaba las Escrituras a diario para ver si lo que Pablo y Silas predicaban era la verdad. Cuando quedó sola, la pequeña iglesia tribal también se alineaba con las Escrituras.
En las palabras de los creyentes yembiyembis, ellos habían escogido la Biblia como su “timón”: el remo en la parte trasera de la canoa que determina la dirección. Estaban confiando que la Palabra de Dios los guiaría rectamente.
El objetivo era dejar creyentes capacitados y una Biblia que supieran utilizar —y que quisieran hacerlo. Brooks y sus compañeros de equipo cumplieron sus metas. La pesadilla animista había sido silenciada. La iglesia yembiyembi estaba completamente despierta y adorando.
Brooks y Nina Buser en la dedicación de la Biblia
¿Qué tan grande es tu sueño?
¿Es tu trabajo actual tan grande como el que puede estar esperándote? Brooks Buser está agradecido porque él ganó más —aún más de lo que pensó.
En las palabras del traductor Terry Reed: “No hay ningún trabajo en el mundo que tenga un valor más duradero y eterno que llevar las palabras del Dios Omnipotente y ponerlas en las manos de un pueblo que jamás las haya oído en su lengua. Sin embargo, ten cuidado: cuando has experimentado la bondad de Dios al llevar luz a los corazones de un pueblo que ha vivido en tinieblas durante siglos, ningún otro trabajo que puedas hacer jamás te volverá a parecer lo suficientemente importante”.
Tim Shontere todavía tiene el récord destacado del estudiante más rápido en adquisicón de cultura e idioma en el campo de Papúa Nueva Guinea
Un trabajo inmenso con recompensas inmensas
Ahora se puede escuchar una historia diferente alrededor de las fogatas de los yembiyembis.
“Qué alegría indescriptible salir de un rincón de la aldea en la noche”, informa Brooks, “y pasar por algunas casas en mi regreso al hogar y oír a la gente leyendo en voz alta pasajes de Romanos, 1 Corintios, Gálatas, y el favorito de los yembiyembis, Hechos”.
Si no sabemos que hay algo superior que se puede obtener, es posible que nunca miremos hacia arriba. Brooks Buser —y un ejército de otros traductores— levantaron la vista de su vida cotidiana. Y cuando lo hicieron, vieron un sueño mucho más grande que el que alguna vez hubieran imaginado.
Tú también puedes hacerlo. Cambia tu mirada.
Conviértete en traductor bíblico con NTM.