23 de julio, 2017
¡Bienvenidos al Salón de Clases de ACI! Estas publicaciones tienen el propósito de dar la perspectiva de una persona de la Misión sobre ACI (Adquisición de Cultura e Idioma) en el Pacífico Asiático. ¿Qué se siente ser extranjero en este país? ¿Qué nuevos objetos de interés y sonidos nos asaltan todos los días? ¿Cómo nos ve la gente? ¿Cómo reaccionamos ante las diferencias culturales? ¡Se nuestro invitado y camina con nosotros en esta selva de nuevas experiencias!
Uno de nuestros mayores ajustes en el Pacífico Asiático ha sido conducir: qué se permite, qué es normal, qué se espera. En lugar de reglas de la carretera hay pautas y expectativas flexibles de los demás conductores. La mayoría de las carreteras tiene dos carriles pintados, pero de ninguna manera eso limita el número real de “carriles” en un momento dado. Esta es una cultura muy práctica, y en la carretera hacemos lo que funcione. El peor error al conducir puede ser suponer que nuestro “espacio” realmente nos pertenece. Conducir en el Pacífico Asiático es un juego constante de toma y dame.
La mayoría de las veces nos transportamos en motocicletas, como todos los demás, y convenientemente serpenteamos entre el tráfico. En algunas ocasiones, incluso nos las hemos arreglado para acomodar a nuestra familia de cinco en una sola moto Yamaha de 125cc (sin incidentes, pero ligeramente en detrimento de los amortiguadores). Pueden imaginar por qué no logramos sacar una foto de eso.
Las motos pueden ser usadas para transportar cualquier cosa, desde grandes jaulas con aves, cargas de víveres, hasta hojas de madera contrachapada. Lo único que se necesita es un amigo que se siente atrás para sostener las cosas. Un día, iba conduciendo a casa y pasé al lado de la escena peculiar de la foto de arriba. Aparentemente estos hombres se dirigen a algún tipo de trabajo de construcción. Tienen las herramientas para mezclar cemento y, al carecer de una camioneta, sortean bien la situación al colgar detrás la carretilla.
En mi camino para recoger a los chicos de la escuela la semana pasada, me di cuenta que una mujer joven conducía su moto mientras texteaba. ¡Eso eleva los actos de textear y conducir a un nivel completamente nuevo! Afortunadamente no es algo muy común.
Con frecuencia tenemos que frenar por las gallinas que en cualquier momento corren a través de la carretera. Personalmente no freno por algún amor especial por estas aves, sino más bien porque no quiero pasar a la historia local como la señora extranjera alta que mató a una ponedora de huevos ganadora de premios.
En Estados Unidos, nuestros hijos eran viajeros de primera categoría y siempre dormían bien mientras viajábamos; sin embargo, aquí tienen una competencia dura, pues a menudo vemos niños dormidos, acomodados sobre los manillares de las motos de sus padres.
Esa es la colección de momentos de hoy “como se ve en el Pacífico Asiático”. Es solo otra pieza del rompecabezas del salón de clases de ACI.
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