Lea Betts estaba platicando con una amiga de la etnia karen cuando ésta le contó acerca de una mujer que había vendido a su hijo por 2 baht (uno 7 centavos de dólar).
Cada conversación de Lea y su esposo, Leigh, no tiene que ver solamente con amistades sino con aprendizaje, pues ellos buscan entender profundamente la cultura y el idioma de los karens.
“Podría ser tedioso tener que hacer siempre las mismas cosas –añadiendo a nuestro acervo de conocimientos culturales, perfeccionando nuestras destrezas del idioma, analizando textos gramaticales–, si no fuera por la gente”, comentó Lea. “El Señor nos ha bendecido con muchos amigos aquí… y Él los usa para animarnos a seguir siendo aprendices”.
Así que cuando Byie le contó a Lea de la venta, Lea comenzó a hacer preguntas:
“Primero que todo, uno tiene que entender que a las madres karens no les gusta que sus bebés lloren, en absoluto”, informó Lea. “Ellas alimentan, mecen, pasean, cantan y cargan sin parar a sus bebés, solamente para que permanezcan en silencio”.
Si lo anterior no funciona, la madre “venderá” a su bebé a una madre experimentada. “Por dos baht, ella atará la muñeca del bebé y le dará un nuevo nombre”, informó Lea. “Esta nueva madre se convierte en Mamá Mayor y la madre verdadera se empieza a llamar Mamá Menor. Por supuesto, el bebé no vive realmente con la Mamá Mayor.
“Es un tipo de ceremonia a los espíritus que ha sido pasada de generación en generación. Todavía no sé si se trata de un intento de engañar a los espíritus, o si es para impedir que éstos molesten al bebé (la causa por la cual estaba llorando mucho), o si se trata de algo más. El bebé de algún modo recibe alguna virtud de Mamá Mayor. Y como ella ya tiene muchos hijos propios, debe tener muchas virtudes para pasarles a sus hijos”.
Oremos por Leigh y Lea mientras desarrollan amistades y entienden la cultura y el idioma de la gente karen.